martes, 17 de junio de 2008

Risto en IECON08

Me han cogido el paper del IECON, y eso que me lo ha revisado Risto, y aviso a todos aquellos que están en posición de juzgar el trabajo ajeno, aunque House, Risto, los profesores de fama, etc, parecen entrañables, el motivo es que los ves 1 hora a la semana y no te dicen las cosas a ti, si tuvieses que trabajar con ellos a diario y teniendo en cuenta las nuevas jornadas de 65 horas seguro que más de una patada en los mismísimos se llevaban.

Comentarios del revisor:

"I'm also spanish, and i can understand most of the sentences but, believe me, Shakespeare would come out of his tomb if he could read this. To be constructive, either give a deep revision of the english grammar, or pass the paper to a professional or to someone with higher english skills."

viernes, 6 de junio de 2008

upgrade

pues eso, hoy me han cambiado el monitor de uno de 17 a uno de 19. Después de las 12 pulgadas del portatilillo y las 17 del trabajo he decir que ahora lo veo todo... grande, básicamente. He probado a separarme un poco de la mesa pero los brazos no me dan para más. Ahora he hecho todas las ventanas más pequeñas y he bajado el zoom a todo aquello susceptible de aplicarle zoom.
Creo que la próxima vez que me gradúe la vista me voy a llevar la pantalla porque no era cuestión de dioptrías, por lo que veo.
Son estas pequeñas cosas (aunque algunos me dirán que a un incremento de 2 pulgadas no puede llamárselo pequeño) las que hacen el trabajo más entretenido.
En fin, siguiente upgrade, escritorio extendido, "double the monitor, double the fun".

martes, 3 de junio de 2008

L. A.

¿Se puede tener síndrome post-vacacional después de una semana de vacaciones nada más y currando lo que curro yo? ¿Y ese síndrome puede ser causa de baja laboral, en caso de que tuviese derecho a baja, que no lo tengo?

"Resumiendo" (porque al final me ha quedado un poco tostón) mi viaje fue de la siguiente forma:

primer día: llegamos a L.A después de 12 horas de avión en dos cómodos pasos de 8+4 con aduana en el trayecto. Sin ofender a los judíos, la entrada en USA es como la entrada en un campo de exterminio, menos por lo de gasearte y esas cosas; porque tú llegas medio grogui pensando qué hora es España, que hora es en Atlanta y cuantas horas llevas de viaje, con dos papelitos en los que te preguntan cosas como la dirección de tu hotel y chorradas por el estilo, buscando los carteles que te digan donde coger el siguiente vuelo; y lo único que ves es guardias de uniforme con las manos enfundadas en guantes que te gritan por dónde tienes que ir y todos moviéndonos como borregos sin tiempo a leer los carteles y enseñando tu pasaporte a todo aquel que se te cruza aunque sólo vaya a preguntarte la hora. Y cuando por fin llegas a donde tienes que entregar en papelito de marras resulta que hay una pedazo de cola inmensa porque otro señor (el mío fue super amable, todo sea dicho) te vuelve a preguntar lo mismo que has puesto por escrito y te toman medidas biométricas (dactilares y de iris). Aunque no se cómo de legal es eso me gusto que tuviesen esa parte tan currada, para que negarlo. Una vez conseguimos llegar a L.A y sin que se perdiesen las maletas!!! nos metimos en una furgo y nos hicimos dos horas hasta el primer motel que era como en los que se esconden los asesinos de las pelis, con piscina llena de porqueria y todo y un aire acondicionado sin el que no podías dormir pero hacía un ruido que tenías que dormir con tapones casi.

segundo día: visitamos el parque nacional de Yosemite, con secuoyas gigantes y todo. Y vimos las cascadas que llevaban mogollón de agua porque es la mejor época para ir y vimos el Capitán y el Half Dome con escaladores incluidos. Nos hizo de guía un escalador loco que se iba a tirar 3 días subiendo el Capitan (1 Km de escalada), y compramos merchandising del Yosemite porque nosotros siempre vamos de globeros a todos esos sitios.

tercer día: amanecimos en San Francisco, con flores en el pelo y todo. Que ciudad, que cuestas, que tranvía, que casas, que puente de mafre... bueno, el puente no lo llegué a ver del todo, para ser sincera, porque la niebla no nos dejaba. Que frío. Es una ciudad preciosa, compramos chinadas en el barrio chino, cenamos pato lacado que sabía rico pero luego dolía, visitamos los jardines que son gigantes, caminamos como 8 millas (que dolor de pinreles) por la ciudad, vimos como giran el tranvía a mano y comimos marisco en el pier del barrio de los pescadores que ahora es más bien un centro comercial. También vimos las focas, que monas, pero que mal huelen.

cuarto día:
volvimos a L.A por la carretera de la costa parando en todo paraje susceptible de ser fotografiado, volvimos a ver focas.

quinto día: día de congreso. Como yo iba de maleta me busqué una actividad alternativa, una mujer muy amable me dijo que visitase el jardín botánico que tenia una biblioteca muy chula y una galería de arte y teniendo en cuenta que Pasadena es la ciudad de las flores, le pregunté a la recepcionista del hotel que dónde podía coger el autobús para ir a los jardines. La muchacha amablemente me indicó que el hotel disponía de servicio de chófer (O_0) (ya no estábamos en el motel de carretera del primer día) y como soy muy de pueblo me lo tuvo que repetir varias veces hasta que me convenció para que me llevase en coche un señor muy amable que me abrió la puerta y todo. Cuando dijo que me volvía a buscar, me dio mucha vergüenza y me negué así que me tocó caminar las 4 millas de vuelta a pleno sol y se me quemó la raya del pelo (que dolor). Pero mereció la pena, que bonito es todo. Por la noche visita a hollywood bulevar, fotografiando todas las estrellas de gente que conocíamos, el teatro kodak, y cena en un rascacielos en el downtown. El guía se lo curro mucho ese día, que majete.

sexto día: algo de congreso, visita a rodeo drive (prohibitivo, ni entrar en las tiendas, hicimos la parte de pretty woman cuando la echan, pero sin prostituirnos ni nada de eso), visita a la playa, igual que en los vigilantes de la playa. Comida en el restaurante donde trabajaba la chica de "million dolar baby", paseito por el pier, y compras en Santa Mónica. Buff, menudo arrebato consumista.

séptimo día: visita a UCLA, paseito por sunset bulevar y barbacoa en casa de unos chicos muy majos.

octavo día: y vuelta, rollo de avión.

Por fin he cruzado el charco y tengo un sello en el pasaporte ^_^